Antes de cerrar los ojos, los labios y el corazón,
al final de la jornada, ¡buenas noches!, Padre Dios.
Gracias por todas las gracias que nos ha dado tu amor;
si muchas son nuestras deudas, infinito es tu perdón.
Mañana te serviremos, en tu presencia, mejor.
A la sombra de tus alas, Padre nuestro, abríganos.
Quédate junto a nosotros y danos tu bendición.
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