Una de las cosas que nunca deberíamos olvidar es que la salud del hígado es imprescindible para nuestra vida y nuestro bienestar.
Esto significa que todo hábito incorrecto, como puede ser el tabaco, una mala alimentación o incluso mantener una vida sedentaria nos trae consecuencias.
Un hígado sano favorece la circulación y un adecuado flujo sanguíneo. Además, consigue separar de forma correcta los nutrientes de las sustancias tóxicas de nuestro cuerpo.
El ajo y la miel son, por su parte, dos recursos excepcionales que te ayudarán en el día a día para conseguir estas dimensiones.
¿QUÉ NECESITO?
Un frasco de cristal
Una cabeza de ajos
La miel suficiente para cubrir la capacidad del tarro que hayas elegido.
PREPARACIÓN
– Lo primero que vamos a hacer es desgranar los ajos. Pélalos uno por uno y, después, pártelos por la mitad con un cuchillo afilado. De este modo, sus compuestos naturales y terapéuticos quedarán impregnados en la miel.
– El siguiente paso es sencillo. Dejaremos los ajos abiertos en el fondo del tarro de cristal e iremos vertiendo poco a poco la miel.
– Nuestro objetivo es evitar que se queden vacíos o burbujas. Debe quedar todo cubierto. Para ello, ayúdate de una cuchara para que, lentamente, quede todo envasado al vacío. De este modo podrá macerar de forma correcta.
– Una vez listo, cierra el frasco de forma hermética y permite que pase una semana. Después, ya podremos consumirla con normalidad.
– Basta una cucharada al día de miel con un ajo para cuidar de nuestra salud en general y de nuestro hígado.
Es Muy Efectivo!
Un hígado sano favorece la circulación y un adecuado flujo sanguíneo. Además, consigue separar de forma correcta los nutrientes de las sustancias tóxicas de nuestro cuerpo.
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